Traducir cualquier texto es un proceso que trae consigo una serie de complicaciones. En ese sentido, la traducción de documentos científicos no es la excepción. De hecho, transmitir este tipo de contenido de un idioma a otro de manera correcta es considerado como un ejercicio con un alto grado de dificultad.
Debido precisamente a ese elevado nivel de complejidad, es que la aparición de errores en este tipo de trabajos es bastante común.
Los traductores de textos científicos suelen ser exactos, concretos, estrictos, exhaustivos. Es precisamente gracias a estas características que son capaces de realizar su labor.
Traducir textos científicos es una actividad que demanda tener una mente flexible para comprender conceptos abstractos. Así mismo, exige tener el rigor suficiente para concretar una traducción fiel, libre del más mínimo fallo.
Como nadie es perfecto, en esta oportunidad listamos los errores más usuales a la hora de traducir documentos de corte científico.
Usar frases muy largas
En ocasiones, el traductor de este tipo de contenido acaba por perderse (y perder al lector) entre frases excesivamente largas y más bien tediosas, provocando que en el camino se pierda el mensaje original.
Recurrir mucho al “mente”
No son pocos los científicos de habla inglesa que usan reiteradamente adverbios que terminan en “mente”. De igual forma, son muchos los traductores científicos que olvidan la riqueza del idioma español. Un par de ejemplos serían las palabras “remarkably” y “actually”, que lugar de traducirse como “notablemente” y “actualmente”, bien podríamos utilizar “es notable” y “en realidad”.
Los decimales
El que se tengan distintas unidades de medida en ciertos países anglosajones suele convertirse en un auténtico dolor de cabeza para los traductores. Mismo caso con la manera de escribir los decimales. Así, quien se dedica a traducir textos científicos de manera profesional, siempre debe considerar que en inglés la coma encargada de separar a los decimales debe traducirse en punto.
No traducir unidades de medida
De la mano con el anterior error tenemos este, que es quizás el más común de todos. En un gran número de países la gente no sabe cuánto mide un acre o un pie. Por esto, resulta incorrecto (o más bien, perezoso) dejar traducciones como “el terreno es de 2.5 millones de acres”; lo correcto en este ejemplo, es tomar la calculadora y convertir esos acres a hectáreas o metros cuadrados.
Usar anglicismos que no son necesarios
Como último error o punto a cuidar al momento de traducir contenido científico tenemos los anglicismos. Puesto que la ciencia avanza bastante rápido, es habitual que aparezcan palabras técnicas en inglés que se demoran en adaptarse al español. De cualquier forma, existen anglicismos traducidos que suelen olvidársele frecuentemente a los traductores.
¿Qué hay más errores? Claro, pero como se mencionó, los aquí listados son solamente los más comunes.
Realizamos todo tipo de traducciones, pues somos profesionistas certificados, con amplia experiencia en la traducción y apostillado de documentos oficiales.
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